Y al fin llegó mi familia, toda, al completo. Cuantas veces había recreado el momento de verlos salir del coche, del primer abrazo después de 9 meses, de ver la cara de mis hijos cuando vieran a sus primos, sus tíos y por supuesto a sus abuelos.
Y fue simplemente genial. Una bienvenida llena de regalos para los niños.
A partir de ese momento ya os podéis imaginar el follón que había en mi casa. 4 niños jugando, discutiendo, corriendo, tocando el tambor y 6 adultos detrás de ellos intentando poner orden, intentando.