Este post no lo quise escribir nada más volver a España. Necesitaba un poco de tiempo para ver todo el periplo en el extranjero con la suficiente distancia y poder contar nuestra experiencia con mayor juicio crítico. Tal vez , ahora que lo pienso, dejé pasar demasiado tiempo. De todas maneras, seguro que te sirve nuestra experiencia por si te toca vivirla a ti.
Cambiarse de país con tu pareja no es fácil, pero se sobrelleva. Cambiarse de país en familia con niños pequeños complica las cosas bastante más (así que, si estás en ese proceso, paciencia y mucha fuerza).
No sólo tienes que hacer maletas y dejar atados muchos asuntos como … ¿qué hago con el casa? ¿la vendo, la alquilo y le pido alguien de confianza que me lo gestione, la dejo cerradita y así la puedo utilizar cuando vuelva a España? Esta pregunta se repite con el coche, la ropa, los muebles, … además debes tener más o menos gestionado el tema del alojamiento y el colegio al llegar al nuevo destino.
Nosotros vivíamos en Valencia de alquiler, por lo que lo tuvimos fácil. Avisamos a la propietaria para acordar el último día en que viviríamos allí. Donamos algunos muebles y guardamos otros. Mandamos 4 cajas a Chile y nos fuimos con un par de maletas a vivir unos días a casa de mi suegra antes del viaje. En una casa vacía es complicado vivir.
Así fue la salida de España. Ahora te cuento cómo fue la llegada.
Desde mi punto de vista, hay 3 pilares materiales fundamentales que hacen la vida más confortable para una familia (dejando al lado la parte espiritual y los valores que también me parecen muy importantes): el trabajo, el colegio y la casa.
Nosotros siempre que nos hemos movido de ciudad/país ha sido por un cambio de trabajo de mi marido, por lo que esa parte siempre la hemos llevado cubierta.
La casa es importante. En el centro o las afueras, más grande o más pequeña, … eso va a gusto de cada uno. Para mí, lo importante es que tenga algo especial. Que nada más entrar, incluso al verla sin muebles o con los muebles viejos de la abuela, tengas una buena sensación al entrar en ella. Luego vosotros ya os encargaréis de convertirla en hogar.
Para encontrar casa en Cádiz decidimos alquilar una casa de corta estancia y desde allí ponernos a buscar nuestra futura casa. Cuando no conoces mucho la ciudad nueva, te dejas aconsejar por las opiniones de los demás. En el caso de Cádiz, los nuevos compañeros del trabajo de mi marido nos dijeron algunas zonas que eran más familiares. En el caso de Inglaterra nos influyeron mucho los comentarios que hacia la gente en el la comunidad de españoles en Reading (que era la ciudad en la que íbamos a vivir)
El colegio. Casi el más importante de los tres. Es donde más tiempo van a estar tus hijos cuando no estén contigo. Un buen colegio con un buen profesorado ensalza o hunde a tus hijos.
Mis hijos ha estado en colegios concertados, privados bilingües, privados en francés, públicos y e incluso en colegios diferenciados por sexo. Cada uno ha tenido cosas buenas y cosas menos buenas. No hay ninguno perfecto. Incluso puede pasar que un cole que te encante a priori y tenga un fama buenísima no encaje con la forma de ser de tu hijo.
Nosotros llegábamos a España a principios de Marzo, empezando en último trimestre de colegio. Con unos niños que no habían estudiado el sistema educativo español y cuya lengua académica no era la española.
Concretamente, mi hija mayor empezaba quinto de primaria. No tenía ni idea de conjugar verbos, de analizar, frases, de hacer exámenes casi semanales y de tener tareas diarias. Iba a ser y fue todo un reto que se pusiera al día.
Mi hijo mediano empezaba segundo de primaria y no sabía leer en español. La pequeña empezaba primero de infantil y creíamos que iba a ser mucho más fácil para ella.
Teníamos claro que queríamos poder elegir el tipo de colegio al que fuera a ir los niños, conocer el sistema educativo, los valores, el estilo de pedagogía, … y no tener la sensación de meterlos en el primer colegio o el único que tuviera plazas.
Es posible que estuviéramos mal acostumbrados. Cuando llegamos a Inglaterra, todo esto estaba muy bien organizado. Llamabas al ayuntamiento, les informabas de la edad de tus hijos y te mandaban un email diciéndote dónde tenías plazas para ellos. Echabas un vistazo a los colegios, buscabas casa por la zona y listo. Por otro lado, las páginas inmobiliarias te daban la información de a qué colegio pertenecía la casa que estabas mirando e incluso qué calificación (calidad) docente tenía. Eso es lo que quise hacer aquí como profesional, pero al ayuntamiento de Cádiz le pareció mucho trabajo. Cortocircuitó y no me echó una mano.
La pregunta del millón que te hacen cuando llamas pidiendo esa información a cualquier ayuntamiento en España es ¿dónde estáis empadronados? Que sí, que lo entiendo, que en circunstancias normales, cuando la gente solicita escolarizar a sus hijos, uno de los criterios más importantes es asignar un colegio cerca de la casa. Pero hay que tener en cuenta que para la gente que llega nueva a una ciudad y tiene que buscar también casa lo importante es saber dónde tienen plaza para sus hijos y luego buscar una casa cerca. Pues el «sistema informático» trabaja de tal manera que nadie te puede dar esa información (o no quieren hacerlo).
A su favor, tengo que decir que marzo es una época muy mala para buscar colegio con incorporación inmediata. Es en marzo cuando se abre el plazo para pedir cambio de colegio y todas las escuelas informan al ayuntamiento de las plazas libres que tienen y de futuras que piensan tener contando con repetidores. Y es ese momento en el que los padres que quieren cambiar a sus hijos para que empiecen en un cole nuevo en septiembre postulan para pedir plaza. Así que imagínate, un cole disponía de plazas en quinto de primaria, las ponía a disposición al ayuntamiento como plazas de próximo curso de sexto de primaria y ya las habían adjudicado para empezar en septiembre teniendo en cuenta que los míos tenían que entrar cuanto antes. Un caos.
Con mucha paciencia llamé a varios colegios que me habían aconsejado. Solo uno tenía plaza para los tres. Fuimos a hacerle una visita. Era un colegio público con muy buena fama pero no nos convenció. No nos enseñaron las instalaciones. Entiendo y respeto que fuera una de las políticas del colegio, pero me dio muy poca confianza. Llamadme tiquismiquis, pero cuando meto a los niños en un cole me gusta estar tranquila pensando que los he dejado en buenas manos. No tenían casi asignaturas en inglés. Vamos, que sólo tenías una asignatura en inglés y nosotros queríamos intentar mantener, o por lo menos que no perdieran tan rápidamente el inglés que había aprendido en Inglaterra. Y no proporcionaban ninguna clase de apoyo para ponerlos al día teniendo en cuenta que iban retrasados con el aprendizaje en español.
Todo eso y que necesitábamos estar empadronados en un piso para poder optar a un colegio público o concertado (piso que aún no habíamos encontrado) hizo que nos decantáramos por un colegio privado bilingüe diferenciado (os contaré mi experiencia con este tipo de coles en el próximo post) pese a que íbamos a ir muy justos económicamente. Pensamos que para ese último trimestre sería lo mejor. Lo hicimos con la intención de ayudarles en la transición hacia un sistema educativo nuevo con los inconvenientes que tenían con el español académico y teniendo en cuenta que se manejaban mejor con el inglés.
En fin, una odisea. La administración te pide casa para darte un cole, pero la gente que llega de fuera queremos saber en qué coles tenemos plaza para decidir dónde vivir. Desde aquí hago un llamamiento a las autoridades para que cambien el procedimiento y nos lo hagan un poquito más fácil a las familia trasladadas, je je.
Una vez tengas estos tres pilares cubiertos – trabajo, cole, y casa con tus muebles convertida en hogar – solo te queda disfrutar de tu nueva ciudad y de su gente. Así lo hemos hecho nosotros con Cádiz. Te echaremos de menos.