Una Navidad generosa

Una de las cosas que más rabia me da de la Navidad, es lo mucho que la hemos desvirtuado con el paso de los años.

Para los católicos es una fecha importante ya que celebramos el nacimiento de Jesús. Y para los que no lo son también, ya que comparten esos días tan especiales con la familia.

Sin embargo por mucho que queramos enseñarles a nuestros hijos el verdadero sentido de generosidad de la Navidad, las luces, los escaparates rebosantes de juguetes, los mercadillos Navideños, las ferias, los árboles gigantes híper decorados, los Papás Noeles compitiendo con los Visires Reales por quien recibe más cartas de los niños y las calles bulliciosas de gente comprando desesperadamente; no nos lo ponen muy fácil. Así es muy normal darle un mensaje equivocado a nuestros hijos.

Evidentemente soy una persona consumista. Seré la primera en entonar el «mea culpa», pero creo que soy una consumista moderada. Y por supuesto que mis hijos se despertarán el día 6 con los regalos de los Reyes que han pedido este año. Pero también tengo que decir que antes de escribir la carta a los Reyes, mamá madeinspain ha estudiado los precios de los juguetes en el mercado y les ha dado el visto bueno. Porque no puedo entender que los niños tengan unos regalos de más de 50 € por barba. Me parece exagerado.

No podemos ir contracorriente con la sociedad actual, pero podemos ir dando pequeños pasitos con los niños de la mano para intentar enseñarles que la Navidad más que recibir, es dar.

Cómo tener una Navidad generosa

Estas son algunas de las cosas que nosotros hemos hecho en familia. Son sencillas y con ellas puedes enseñarles a tus hijos a tener una Navidad generosa, a ver lo afortunados que son y a pensar en los demás:

– HAZ UNA CAJA DE NAVIDAD PARA UNA FAMILIA

Ya os comenté en otro post que una buenísima idea para ayudar a una familia más desfavorecida sería llevarles una caja con alimentos no perecederos y así echarles una mano en esta época de tanto gasto. Si sabemos que la familia hay bebés se podría añadir un paquete de pañales, y si hay niños algún juguete. Lo suyo sería meter alimentos de primera necesidad, pero si ponemos una caja de bombones, o una botella de vino, sería genial.

– REGALAR JUGUETES QUE NO USEN.

donar juguetes

Es un muy buen ejercicio para hacer con tus hijos. Saben que entre Papá Noel y los Reyes Magos van a recibir como mínimo 10 juguetes nuevos. Así que es un buen momento para desempolvar los juguetes que tenemos y ver los que ya no utilizamos.

Los niños se dan cuenta de lo afortunados que son al tener tantos juguetes, y es un buen momento para enseñarles a ser generosos y donar algunos de ellos.

Evidentemente están usados, así que los podemos regalar a amiguitos o a tiendas de segunda mano; en Inglaterra hay un «charity shop» en cada esquina.

– REGALA A NIÑOS QUE LO NECESITEN.

No todos los niños de tener un regalo el día de Navidad. Hay organizaciones que se ponen en contacto con niños desfavorecidos y anotan su regalo deseado (muchas veces son regalos tan sencillos como un pelota o un carrito para su muñeca).

Puedes hacer tu regalos con el proyecto ser Rey Mago por un día de la Fundación Dasyc. Una vez te inscribes se te asignará un regalo (de entre 20 y 35 €) para un niño. Tenéis más información aquí.

Correos Chile organiza algo similar con cartas de los niños que viven en sectores más precarios y piden al viejito Pascuero sus regalos. La gente puede apadrinar una de esas cartas, y comprar el regalo que pide el niño. Infórmate  aquí

– CENA DE NOCHEBUENA. 

bolsa-comida

Esta es una idea que llevaba varios años rondándome por la cabeza y el año pasado la hicimos realidad con los niños.

Recuerdo que cuando era pequeña mi tía Uca hacía un exquisito bocadillo de tortilla de patatas y se lo daba junto a una cerveza al señor que pedía en la puerta de la parroquia. Ahora lo hacemos nosotros.

Preparamos 10 bolsas de «cena de Nochebuena» que consistían en: un refresco, un bote de aceitunas, un paquete de cacahuetes, un fuet, un bocadillo de jamón serrano, una tableta de turrón.

Las fuimos repartiendo a las personas que vimos viviendo en la calle de camino a casa de mi suegra.

No es gran cosa, ni siquiera un gran banquete. Pero la gente valora que te acuerdes de ellos en estos día que pasan tan solos. Este año volveremos a hacerlo.

Espero que puedas utilizar alguna de estas ideas para hacerlas en familia. Si tienes más ideas, sería genial que las compartieras con nosotros en los comentarios.

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