Antes de que se Pepa volviera a España decidimos subir al cerro de Curicó. Fue subir y bajar porque a parte de admirar las vistas con el bicho de Nico no podemos hacer mucho allá arriba no sea que se nos descalabre.
Se puede ver toda la ciudad y también localizamos nuestra casa.
Que vistas más bonitas
Me alegro mucho de que esteis bien y las cosas vayan viento en popa! Pablo, por la oficina se te echa de menos. Cuaidaros mucho!