Me levanto habitualmente entre las 6:30 – 7:00 de la mañana, siempre que mi pequeña Ximena no decida levantarse antes de que suene el despertador.
Preparo desayunos. Leche y tostadas con mantequilla y mermelada <mantequilla, no margarina que he visto que tiene aceite de palma. Y la mermelada, si es casera mejor> Hemos dejado al lado los cereales que les gustan a los niños porque tienen mucho azúcar, así que sólo los compramos en momentos especiales.
Preparo la comida de los niños para que se la lleven calentita en sus termos. Aunque la comida del cole no está nada mal y hasta la edad de Nico es gratuita, no se puede comparar el fish and chips con las lentejas o el arroz de pescado que prepara una servidora <la comida handmade siempre es mejor>
Se van los mayores al cole. Me ducho corriendo con sensación de culpa mientras Ximena se queda el cochecito viendo su gran amiga Pepa Pig. <ya sé que los niños no deben ver mucha televisión>
Pongo la lavadora. Paso la mañana con mi peque, compramos, jugamos, y si el tiempo lo permite vamos al parque. Comemos, bueno yo como y ella come una cucharada y tira otra al suelo (cosas de la edad).
Mientras duerme la siesta, tiendo la lavadora. En Inglaterra para que se te seque la ropa tienes que lavar poco pero a diario. Recojo la cocina, limpio toda comida que la peque ha tirado al suelo, y voy organizando la cena de la noche e incluso las tareas que tengo que hacer con los niños. Cuando me siento, me pongo a escribir el próximo post.
Vamos a recoger a los mayores y les preparo la merienda, algo rápido que cenamos a las 18. Leche caliente que aquí está lloviendo. <nada de bollería industrial que tiene aceite de palma>
Empezamos a trabajar con los niños. Pablo con uno y yo con otro. Es lo malo de cambiarse de país. Aunque no estoy a favor de las tareas escolares tengo que ponerlos al nivel de sus compañeros. Mientras tanto nuestra amiga Pepa Pig entretiene a Ximena. <pero no demasiado que todo el mundo sabe que la tv no es buena>
Empezamos las duchas. Mientras uno les seca el pelo, el otro empieza con la cena.
Los papás algo ligero, puede que una ensalada. Los niños ensalada, primer plato y fruta <siempre pensando en que tengan una «alimentación equilibrada»>. Si han comido pescado, que coman carne.
Una horita de juegos, cuento y a la cama <no más tarde de las 8:30 que los niños tienen que dormir 10 horas por la noche> Pero antes de salir de la habitación estoy 5 minutitos, que terminan siendo más, con cada uno en sus camas, es el mejor momento para que te cuenten cómo les a ido el día.
Y empieza el tiempo personal. Me voy una vez a la semana a hacer zumba, ya no por intentar quitarme esas lorzas que tengo. Lo he dejado por imposible, mi cuerpo se cree que aún estoy en el potsparto. <lo hago para sentirme mejor y tener más resistencia física>
Llego a casa, me ducho, utilizo un exfoliante para la cara una vez a la semana. Me limpio la cara, pongo serum y crema de noche <como dice mi esteticién de confianza>. Me cepillo los dientes por tercera vez en el día, pero en esta ocasión paso el hilo dental y uso enjuague bucal también <como dice mi dentista que hay que hacer todas las noches>
Se acaba el día con la sentimiento de que tengo que hacer tantas cosas bien, como dicen todos, que no me da la vida.
Y si te soy sincera, la mayoría de las veces agobiada del perfecionismo de esta época. Me voy a la cama sin desmaquillarme mientras pienso que da igual que dieta equilibrada les ponga a mis hijos si sólo se la comen si lleva ketchup y mayonesa. Le doy las gracias Pepa Pig por entretenerme a la peque mientras intento tener tiempo exclusivo con mis otros dos hijos, y la tortilla francesa que siempre me saca de un apuro en los momentos más críticos de hacer la cena <tortilla handmade, no pienses mal>
Eso sí, antes de subir rebusco en la cocina y les robo a los niños los caramelos que habían recogido en Halloween <porque en mi casa ya no compro chocolate> para que contrarresten a la ensalada ligera que me he comido antes de ir al gimnasio.
Escribo un poco en el ordenador. Agotada, colapsada y con el sentimiento de culpa que tenemos todas las madres de no hacer las cosas «bien hechas».
Pero es que yo nunca dije que fuera perfecta. La verdad es que soy perfectamente imperfecta.
Es verdad que nos exigimos tanto y para al final no quedar satisfechas jajajjaa, cosas de ser madre. Muy bonito post!!
Gracias. Pues sí, deberías irnos a la cama satisfechas de todo lo que hemos hecho y vivido, y no con la sensación de no llegar a hacerlo todo bien.
Y gracias a dios que no somos perfectas, nos obligamos demasiado a nosotras mismo, entre eso y que la gente habla porque tienen boca y a veces habría que mandar a al mierda a más de una y más de dos, pues ahí andamos.
Mi rutina de una hija y media es caótica, no tengo tiempo para mi, pero es que al final el tiempo es el tiempo y yo he decidido pasarlo en familia, con mi marido y mi hija o mi perro, se duerme a las 10.30 pero me dice que soy la mejor contadora de cuentos del mundo y le encanta ver pelis con su padres como guardianes de la galaxia aunque no esté indicada para cuatro años.
Al final del día las criaturas son felices, están sanas, aunque coma patatas fritas con ketchup cada vez que comemos fuera, y yo me siento bien con lo que hago, con todas mis imperfecciones 🙂
Pues eso digo yo. Que en nuestra época no había tanta tontería y no hemos salido tan mal.
Ya me estaba asustando hasta llegar al último párrafo…no estás sola, somos legión jajaj
Me alegra saberlo. Me estaba sintiendo mal
Lo cierto es que en la sociedad actual tendemos a autoeigirnos demasiad, con tantas tareas, actividades programadas la vida se convierte en un no parar…Me he sentido muy identificada contigo!!! La margarina lleva aceite de palma? no lo sabía!! Besos
EL aceite de palme está en todos los lados. Yo que compraba margarina porque era más fácil para que los niños se la extendieran solos en las tostadas, … pues no he encontrado ninguna que no lleve aceite de palma. en grande pone que es aceite vegetal, y en la letra pequeña: aceite de palma. 🙁
Sabes que? Yo hace tiempo que paso de todo que tenga que ver con castigarme. En mi casa comemos cereales, aunque tengan azúcar, y paso muy mucho del aceite de palma. Hago cosas mal y otras peor. No es que no me importe la salud de mis hijos. Creo que es lo único que me quita el sueño, la salud. Pero es que también me preocupa mi salud mental y mucho. No me autoexijo, intento vivir, en paz y en calma conmigo misma. Con mis defectos, pero sobre todo con mis virtudes, que aunque seguro que llevan aceite de palma, también tengo alguna….
Pues eso voy a hacer yo, relajarme. Que esto de intentar hacerlo todo bien me está costando mi salud mental.
Si fuésemos siempre tan perfectas nuestra vida sería un completo aburrimiento, la imperfección es maravillosa jajaja!! Eso sí a la cama sin desmaquillar noooo!!! Pecado mortal
Gracias por compartir un día en tu vida con todos nosotros (y por favor compra chocolate, una vida sin chocolate no es una vida plena )
Je je. Esta familia tiene un problema con el chocolate, y es que lo devora. Pero además no nos gusta el chocolate sano, el puro. No gusta el chocolate con galleta oreo y toda la parafernalia. Y mis hijos con el chocolate (con el azúcar en sí) se vuelven hiperactivos totales, les afecta muchísimo. Así que lo que no quiero que coman, no lo compro. Así me ahorro una discursión.
Si es que es eso! Tienes en la cabeza toda la teoría que es fantástica pero luego llegas a casa y no te da la vida para hacer todo y si lo haces tus hijos lo que querían era lo mismo de siempre que es lo que a ellos les gusta. O como tú dices, si no tiene ketchup no lo comen y tú matándote a hacer un súper guiso hiper sano… Mi filosofía es que hay que hacer lo que a cada uno le venga bien y le funcione en su casa al margen de que sea lo más correcto o lo mejor.
He dicho jajajja.
Estamos en la era de la información y todo el mundo de informa de los que se debe hacer para hacerlo bien en cada momento. Y ya vale si hago todo lo que me piden (el dentista, la esteticién, el pediatra, la nutricionista, …) no me da la vida para vivirla.
Yo creo que no existe la perfección, y que bastante éxito es llegar al final del día enteras y con todo hecho. Los niños no nos van a examinar, se conforman con saber que nos tienen para lo que nos necesiten.
Es verdad que los niños no nos lo piden. Somos nosotras que nos exigimos demasiado. Y no es necesario.
El sentimiento de culpa nos lo dan en el paritorio.. creo que es un dato científico y no una sensación sólo mía después de leerlo a muuuuuuuchas más madres como nosotras.
Y sí, yo también soy de mantequilla, de televisión y de sacar un rato para mí.. ¡es que sino creo que colapsaría!¡aún más! jajajaja
Ja ja ja. Tienes razón, fue salir del paritario y con el bebé nos entregaron a la madres el sentimiento de culpa.
Nos exigimos demasiado, si.
Ayyy peppa, lo que ayuda! Si no fuera x peppa, habría días que no podría ni comer.