Desde que he vuelto de España me he replanteado muchas cosas del día a día de Curicó como por ejemplo … ¿continuo llevando a Rocío a ballet todos los sábados? .Yo la veo monísima de bailarina, pero tenía que levantarla a las 8:30 y si yo lo llevaba mal, imagínate ella. Conclusión, fuera ballet los sábados y bienvenidas las tostadas con mantequilla mientras se ven dibujos animados y todos contentos.
En eso que coincidí con varias mamás en un cumpleaños de un compañero de Rocío y estuvimos comentando el tema de que los niños tienen muy mala postura al sentarse, y yo que en ese tema tenía toda mi fe puesta en el ballet y ahora ya no íbamos. Entonces una mamá comentó que lo mejor era la equitación porque además de tener que estar erguidos para montar a caballo el trabajar con animales les relajaba.
Así que consciente de que en la ciudad de Curicó hay poco que hacer y que es una ciudad de campo, pues ala! al campo con los caballos.
Total que les he apuntado a los dos a equitación y ahora los viernes por la tarde cada uno de ellos coge una manzana o una zanahoria y nos vamos a clase. Primero los cepillan, luego les quitan el barro de las herraduras, los montan y luego premian a su caballo.
En fin una pijada como otra cualquiera.