Se acabó la Semana Santa (que aquí literalmente dura una semana) con el Domingo de Resurrección y qué mejor manera que hacerlo con el conejito de Pascua.
Otra de tantas fiestas «gringas» que tanto les gusta a los chilenos. Y os preguntaréis ¿qué tiene que ver el conejito mágico que va dejando huevos de chocolate por todos los lados con la Semana Santa? pues parece ser que se les cuenta a los niños que el conejito entró en el sepulcro y al ver que Jesús resucitaba, decidió que tenía que avisar a todo el mundo que lloraba y ponerlos contentos, con huesitos pintados, pues Jesús había resucitado. Yo les digo a los niños que estamos contentos por que Jesus resucitó y punto. Ahora ellos creen 100% en el conejito.
En fin, que el año pasado nos juntamos los vecinos para ponerles a los niños huevitos en el jardín y que así pasaran entretenidos la mañana.
Y nos gustó tanto la experiencia que este año lo repetimos. Y los niños encantados.