Si en algo se caracteriza Curicó es en que en cuanto hay un festivo ¡llueveeee!. Y aquí si llueve llueve con ganas, no como en Valencia que caen cuatro gotas y todas las madres recogen a sus niños del parque como si de lluvia ácida se tratara.
La cuestión es que la lluvia ya tuvo su aparición estelar en la fiesta de la Vendimia, y parece ser que el 1 de Mayo no se lo quería perder. Así que aquí estamos dos días enteros sin parar de llover y no tiene pinta de que vaya a parar pronto.
En fin, si a esto le sumo que los niños tienen vacaciones de Otoño y los tengo una semanita en casa, pues se hace un poquito pesado.
Todo sea por el bien general, y es que Curicó es un ciudad agrícola y seguro que esta lluvia le hará bien al campo. Porque a mi ánimo no le favorece mucho.