¿Hay vida después del cole? Extraescolares y tareas

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Llegan las 15:15, recojo a los niños del colegio y nos vamos pitando a casa porque nos estamos congelando (por el camino vemos el parque de reojo pero decidimos que mejor iremos otro día que no se te quede el culo helado en el columpio). Entramos en casa y se ponen el pijama. No puedo correr el riesgo de que el uniforme se ensucie con la merienda porque no tengo otro de cambio para mañana, y a merendar leche caliente, a ver si con suerte entramos en calor.

Ahora empieza el agobio. Los niños suben a jugar en su habitación mientras yo reviso sus mochilas. Nos han metido algunos libros para leer (genial, esperaré a Pablo porque yo les voy a liar más si se los leo en inglés). Tengo que repasar matemáticas con Rocío, bañarlos y hacer la cena pronto (que estamos en horario inglés y a las 19 ya estamos cenando). Pues a mi me faltan horas o me sobran cosas que hacer.

Y me pregunto cómo lo hacen esas madres que les llevan a extraescolares todas las tardes. Repaso de matemáticas, baile, natación, música, kárate, inglés.

Las pasadas Navidades que fui a España me quedé sorprendida de la cantidad de actividades extraescolares que tienen los niños. Apenas tenían un día libre para ir al parque. No voy a decir que a las niñas no les apetezca ir a clase de ballet, pero he visto a algunas engullendo la merienda camino a la escuela de danza mientras la madre, entre acelerada y agobiada, le cambia la ropa por el maillot rosa de turno. Lo que en principio era una actividad entretenida se convierte en un momento poco agradable.

Lo de llevarles a natación los sábados es punto y aparte ¡Qué espíritu de sacrificio esos padres que abandonan su momento placentero del sábado en pijama y desayunando tranquilamente por llevan a sus hijos a natación! y mejor aún, por esperar 45 minutos en la cafetería viendo a sus hijos tirarse de plancha y luego meterse en esos vestidores húmedos a intentar secar a sus hijos el pelo. Esos padres son de otro nivel.

Por otro  lado están las tareas para hacer en casa ¿Por qué tantas tareas?. Después de 7 horas metidos en la escuela, ¿no ha quedado clara la lección que tienen que repasarla media hora después? si es así, es que hay algún problema en la forma de enseñar.

En particular, la educación española manda muchas tareas para casa. Según la OCDE, España encabeza el ranking de los países que mandan más tareas a casa, detrás de Polonia, Irlanda, Italia y Rusia. Y en el último puesto está el país que tenemos como referente de mejor educación: Finlandia ¿casualidad?

Hay madres que plantan cara al colegio negándose a hacer tanta tarea. Incluso algún padre que ha llegado a demandar al colegio por esto (lo puedes ver aquí) ya que al final suspendían al niño por tantos puntos negativos por no llevar la tarea hecha.

Sin embargo hay padres que se toman las tareas muy en serio. Una amiga chilena decidió ayudar a sus hijos en los cursos más importantes. Tanto así, que en el verano, investigaba sobre el temario que iba a aprender su hijo, incluso hablaba con las profesoras para ver que es lo que era importante. Se trabajaba unos resúmenes de cada tema y le hacia ejercicios repasando el tema en cuestión. Bueno pues fue tal el éxito de los esquemas que terminó vendiéndolos a las otras mamás por un precio simbólico de 3 euros (no para hacerse rica, si no por el esfuerzo de su trabajo). Y al niño le fue francamente bien.

Otras por ejemplo, piensan que los niños deben hacer sus tareas solos desde que son pequeños y así aprenden a ser responsables.

Tengo que admitir que yo con Rocío me siento a repasar cosas del colegio. A mi favor tengo que decir que al cambiarla a un colegio francés en Chile tenía que ponerse al nivel de sus compañeros en el idioma, y ahora al incorporarse a mitad de curso a un colegio en Inglaterra también tiene que nivelarse. Pero cuando están Nico y Rocío jugando en su habitación con todos los playmobil por el suelo, no veo tan importante cortarles el juego para ponerse a hacer deberes.

En fin, extraescolares, repasos, tareas, … los niños no paran y muchas veces somos los padres los que les llenamos la agenda de actividades. La teoría de que los niños son esponjas y que es el momento que para que aprendan se pasa de rosca. Yo apuesto por el juego, mucho juego. Porque jugando se aprende.

A no ser que tu hija sea la futura gran promesa del ballet nacional o tu hijo seleccionado para el mundial de natación, … ¿no deberíamos dejarles jugar tooooda la tarde? 


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6 comentarios

  1. Anónimo dice: Responder

    Es verdad a veces les llenamos tiempo con actividades que no son de futuro, lo de natación lo sábados yo era una de ellas y he decidido que los fines de semana son para descansar y que se levanten taaaardeeee, así yo no me enfadaba todos los sábados cuando mi hija mayor no se levantaba a las 8,30 para que desayunara y nos diera tiempo de llegar a las 10 a clases de natación y en invierno uyyyyyy que frío, no así que mejor vamos los viernes por la tarde que están libres y vamos más relajadas; la sigo llevando más que todo para que haga algo de deporte porque debo decir que por lo defenderse en el agua ya sabe.

    1. amparoredondo dice: Responder

      Tenemos que encontrar el equilibrio, cada familia es una historia. El deporte es importante y los idiomas, y la música. Todo a la vez es demasiado. Je je.

    1. Made made in Spain dice: Responder

      Hasta la ONU me da la razón. Je je

  2. Anónimo dice: Responder

    Una de las cosas que me ha sorprendido de Inglaterra es que las extraescolares organizadas en el colegio son gratuitas, se les llama club y hay muchas y muy variadas (Bug club, Athletics Club, Dance Club, etc…). Solo tienes que apuntar al niño y asiste al club después de clase, ¡increíble!, preguntando en recepción si tenía que pagar la extraescolar y la buena señora sin entender porqué quería pagar… ¡¡surrealista!!

    1. Made made in Spain dice: Responder

      En mi cole las extra escolares de después de clase sí que hay que pagarlas, pero es un precio simbólico súper barato.
      Lo que es gratis son todas las actividades de hacen en la hora del recreo. A mis hijos les encantan.