Diario de una mamá de vacaciones

Recién aterrizada de mis ansiadas vacaciones de verano y sólo puedo decir que: gracias a Dios que ya estoy en casa.

No voy a decir que no las he disfrutado porque estaría mintiendo como una bellaca, y sería una falta de respeto a aquellos que no han tenido vacaciones, pero es que también tenía ganas de llegar a casa y volver a mis queridas amigas: las rutinas.

Hoy quería contaros cómo han sido mis vacaciones de verano como madre de treintaytantos años con 3 hijos.

Diario de una mamá de vacaciones

Para empezar llevo unos días preguntándome por qué me dejé una pasta en mi nuevo bañador, uno de esos que te quitan de aquí y te suben de allá, para intentar simular que tienes la cintura de una mujer de 10 años menos, si lo he rebozado en la arena.

Esa ha sido una de las actividades diarias: ir a la playa. Y lo voy a decir con mayúsculas IR A LA PLAYA. Porque son palabras mayores ir a la playa con 3 niños (a cual de los 3 más activos). La pequeña no ha querido tocar el agua de la playa en los 30 días que hemos estado en Valencia. Llegué a pensar que tenía una alegría psicológica a ella, je je. Y los dos mayores se morían por entrar a lo hondo y saltar las olas. Ahora dime tú cómo lo gestiono.

playa

Entonces es cuando entro yo en escena, tirada en la orilla de la playa, convenciendo a los mayores con hacer castillos en la arena que ríete tú de las mega construcciones de la tele. Y si eso no es efectivo, siempre se puede enterrar a mamá (mientras piensa en su bañador nuevo rebozado de arena). Lo que sea para que esperen a que esté papá en la playa para poder organizarnos.

Una vez estamos todos, los mayores entran al agua con el padre y yo me quedo con la peque en la arena. Mi misión: proporcionar suficientes cubos llenos de agua para que la niña esté entretenida. Sólo voy a decir esto: he hecho tantos viajes a por agua a la orilla que me lo van a convalidar por una etapa del camino de Santiago.

Después de varios gritos de mi hija mayor por pisar las algas y otros lloriqueos porque le ha entrado agua en los ojos, salimos de la playa cual soldado caído en la batalla, pero más cargados, ya que llevamos las toallas, los cubos, un apoco de agua fresca, unas rosquilletas, …. y sigue sumando.

Llegamos a la piscina. Mientras tú, querida joven veinteañera estás tirada en tu toalla leyendo tu intrigante libro y broceándote. Yo me meto en el agua con los niños, no sin antes supervisar que se hayan duchado bien para quitarse el kilo de arena que nos hemos traído de la playa. Intento hacerlo poco a poco, el agua está helada. Pero antes de meter el segundo pie, empiezan a salpicarme desde el agua al grito de ¡vamos, qué está calentita!. Mis hijos deben de tener el termostato estropeado.

Infla el manguito de la niña y trata de convencer al mediano que se ponga los suyos que aún no nada tan bien, ¡ajústame las gafas!, ¡mírame que me tiro de bomba!, ¡Ay! la señora de al lado ha puesto mala cara porque le ha mojado. Intento tranquilizar a la peque, que la tengo agarrada como un koala y me está clavando las uñas en la espalda con alguna canción de barquitos y de repente alguien me tira del tirante del bañador (¡ deja mi querido bañador que me lo vas a romper!!!). Es el mediano para que le coja que en esa zona no «toca». Se pone a bucear y vuelves a lo tuyo cuando viene la mayor para que vea como nada. Y así hasta que ya te es imposible seguir con la mirada a los 3 y decides que es hora de salir de la piscina.

piscina

Y sí, aunque a penas he tenido un momento de paz, te he mirado de reojo (querida veinteañera). Te he visto la mar de aburrida en la piscina de los pequeños, viéndote como te haces fotos poniendo morritos. A puntito he estado de mandarte a una de mis fieras para refrescarte un poquito, pero me lo he pensado mejor.

Con varios niños enfadados porque nos subimos de la piscina, ultimamos la comida (algo rápido) y la servimos ante de que la peque se quede dormida en la mesa. Luego comemos los padres, la mesa de este apartamento es mini, y cuando terminamos de recogerlo todo, con un poco de suerte, podemos descansar un poco.

A las 5, volvemos a la piscina. Esta vez con menos sol y el agua más helada todavía. Ya tienen las manos arrugadas, es hora de salir de la piscina. Merienda, paseo, cena … y mañana vuelta a empezar.

Yo me esperaba unas vacaciones tranquilas en las que poder descansar de todo el año, y lo que realmente necesito son unos días para descansar de las vacaciones, je je.

Decidme que no soy a la única que le pasa …

 

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17 comentarios

  1. Jajaja que buena narración y con que buen humor te lo tomas, la verdad que tres niños pequeños a la vez suena a locura, espero que disfrutarás de esas merecidas vacaciones

  2. Maria ML dice: Responder

    Ay! bendita paciencia la de las madres!! me ha encantado tu post y me hubiera gustado más que enviaras a tus peques en busca de la veinteañera con cubos de agua y arena mientras tu echabas una foto o gravabas un vídeo del momento. Eso de que las vacaciones son para descansar… depende de quien lo diga; las mamis no descansan en todo el año. Me han gustado mucho las fotos, salís geniales. Besos!!

    1. Anónimo dice: Responder

      Y mucho animo y sigue publicando entradas de este estilo que son muy originales y amenas de leer, te felicito

  3. Chicas Unikas dice: Responder

    Jajaja, es que con niños no te puedes relajar ni puedes descansar solo puedes ir a divertirte y entretenerte con ellos pero si te quieres relajarte tendrás que ir sola con tu marido unos días sin niños te lo digo por experiencia un beso guapa

  4. Paula Alittlepieceofme dice: Responder

    Muy gracioso el relato de las vacaciones, cuando sean mayores ya tendrás ese relax que ansías, pero te tocan unos años de no parar, y mil ojos habiendo agua de por medio… saludos!

  5. Hola guapa
    Ay lo que me he reído con tu bitácora de las vacaciones. Me encanta porque no me puedo imaginar nada más real. Es que claro, sin cole toda esa energía infantil la tienen que quemar de algún modo. Creo que son vacaciones para ellos y «turno doble» para ti jeje
    La parte del camino de santiago me ha arrancado una sonora carcajada. Te imagino cubo arriba, cubo abajo, todo para que la peque sea feliz.
    Un besazo

  6. Jajaja que buena narración y con que buen humor te lo tomas, la verdad que tres niños pequeños a la vez suena a locura, espero que disfrutarás de esas merecidas vacaciones, aunque vacaciones el dia que empiece la rutina, ahi realmente es cuando tienes un poco de tiempo para ti, aunque sigas yendo a carreras. Mucho animo!

  7. Madre mia, no me imagino lo de ir a la playa con tres niños, vaya que debías estar de todo menos relajada ahh jajajaj buena idea eso de enterrarte en arena o hacer construcciones, a mi me encantaba de peque, me podía pasar horas! normal que miraras casi con envidias a las chicas de 20 años, madre mía si es que leyendote ya me cansa tu jornada eh, casi prefiero trabajar!!

  8. Anónimo dice: Responder

    aiiisshhh como te entiendo!!! Yo tengo dos Indios pequeños y por favooooor…son completas Odiseas las nuestras, playa o piscina, playa o montaña, cual de ellas la mayor Odisea. Me imagino tu con los 3 jajajaj pero bueno, por lo menos lo tomas desde el puro cachondeo (… jajajja) porque sino… Pero bueno.. lo has disfrutado en la medida de lo posible, y ya estás de vuelta a tus rutinas =) Así que ahora toca disfrutar de lo que toca jejejej un besito guapa =)

  9. jajajajaj ay mi madre… si, te creo,,, yo tengo dos Indios pequeños y mi madre, lo nuestro son Odiseas sin igual, me imagino tu con tus tres nenes. Ay Dios. Pero bueno, hay que tomarlo como lo haces tu, desde el puro ‘cachondeo’ porque sino… jejejeje un besito guapa.

  10. Vanesa dice: Responder

    Jajajaja me parto contigo y tu post, si con uno las vacas ya se parecen a lo que dices (quiero esto, quiero lo otro, no quiero, dame, papa, papa, mamáaaaa, mamá cuándo llegamos? llegamos ya? llegamos ya?) no te quiero ni contar con 3. Olvida el glamour, no son vacaciones, es la G U E R R A y hay que defender el territorio como se puede. Con decirte que estoy descansando en el trabajo no te digo más y mi marido deseando volver el lunes, VIVA EL COLE Y LAS SANTAS RUTINAS! Muaksss

  11. Me encanta lo del super bañador par estar rebozada en arena. Es nuestro sino. Al final se nos ve a la legua que somos madres. ¿Cuándo volveremos a tumbarnos un rato tranquilas al sol?

  12. Belswan dice: Responder

    Admito que me he reido mas de una vez leyendote y es que la verdad tu bañador no se como estara a estas alturas. No soy madre pero tener que cuidar de varios niñ@s es complicado. Canguro si que he sido y de hermanoss y me volvia loca…
    Satisfacer a todos es muy complicado y aunque tengas vacaciones, no son vacaciones del todo cuando tienes hijos. Si descansas mas pero hay que cuidar de ellos logicamente. Me ha heho mucha gracia q te enterrasen en arena, que hiciseis castillos, que lloriquease tu niña por pisar algas, la ducha para quitar la arena antes de entar a la piscina co el agua helada ya que fuera hacer calos pero nose caleinta lo suficiente. total… una odisea. ajajja

  13. Jajajajajajajaja piensa que antes muerta que sencilla! Aunque sea para ponerte como una croqueta, pero has lucido divina. Además piensa en lo importante, y es en lo que valoraran tus hijos el tiempo que has compartidos con ellos. Mejor una mami croqueta, que una mami estirada aburrida 😛

  14. Yo aún no tengo hijos, pero con mi sobrina de 3 años parece que tengo 5 jajaja, me dio mucha risa tu post porque es real! jaja las vacaciones con niños nunca son vacaciones, pero eso las hace divertidas.

  15. Y como se divierten ellos??? Ains que maravilla ♥ Yo no soy mama pero he sido hermana y me llevo muchos años con mi pequeño (15 añazos) asi que siempre que iba con mi hermano de vacas todo era jugar y jugar ♥
    Besos desde JustForRealGirls

  16. Priscil·la Marín dice: Responder

    Para los papis habrá sido una tortura, pero los peques habrán disfrutado muchísimo. Cuando se es pequeño la piscina y la playa es como un parque de atracciones, nunca se ve la hora de salir del agua. Mi hermano de pequeño era igual, y ahora no toca el agua ni que le paguen. ¡Un beso!

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