Contigo aprendí a ser madre

Hace nada más ni nada menos 8 años que te convertiste en mi mejor profesora cuando ya pensaba que no tenía nada más que aprender.

YO, que apenas sabía cuidar de mí misma, tenía de repente que hacerme cargo de otra personita. Menos mal que me lo pusiste muy fácil.

ME AYUDASTE a recordar todas las canciones de mi infancia y con una paciencia envidiable te las cantaba al oído todas las noches hasta dormirte.

JUNTAS APRENDIMOS a controlar nuestra frustración. Nadie dijo que fuera fácil ser primeriza y eso va tanto para madres como para las hijas.

RECUERDO perfectamente pasarnos la noche en el sillón cuando no podías dormirte en la cuna por el resfriado. Y cuando venías llorando porque te habías caído y se te pasaba con un simple beso y una tirita.

ME ASUSTA verte tan parecida a mí y eso hace que te exija más que a tus hermanos. Será que no quiero que cometas mis equivocaciones.

ME FASCINA verte crecer. Es asombroso como vas descubriendo la vida y eligiendo tu camino.

ME ENCANTA cuando me cuentas que le pides a la Virgen que «el chico que gusta» te hable en el colegio.

ADMIRO lo sencilla que eres, transparente, sensible. Muchas veces pienso que me gustaría ser tan buena persona como tú.

ES IMPRESIONANTE lo fuerte que has sido estos años, tan pequeña, y aprendiendo a rehacer tu vida en los diferentes países en los que hemos vivido. Esa fortaleza no la has heredado de mí.

Hace nada más ni nada menos 8 años que tú me enseñaste a ser madre. Hemos ido de la mano recorriendo este camino y esto no ha hecho más que empezar.

Gracias por ser la mejor profe del mundo.

Feliz cumpleaños Rocío.

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