Ya se nos han acabado las vacaciones y Pablo empieza el lunes el curro. No nos podemos quejar porque no lo hemos pasado de lo lindo, eso sí, en la otra punta de Chile, a 8 horitas para ser exacta. Se acabaron las vacaciones a Denia que estaban a solo horita y media, aquí los viajes se hacen a lo largo, y Chile es muy largo.
Lo primero: eligir un buen hotel, y a disfrutar.
Por votación popular volvemos a Pucón. Y es que Pucón lo tiene todo, montaña, volcán, lago, lluvia, … y unas vistas impresionantes
Hicimos varias excursiones con los niños a parques naturales: andar, andar, andar y disfrutar.
Y paseamos como auténticos guiris con las bicicletas por el centro de Pucón.
Después de 5 días, nos fuimos a Puerto Octay, más al sur todavía, a dormir a una cabaña.
Y como en el sur llueve sí o sí, nos llovió.
El ultimo día decidimos ir a la Isla de Chiloe, el ultimo reducto de civilización accesible por camino pavimentado (frase de Pablo) y vimos los pingüinos
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Se os ve fenomenal.
A Gonzalo ya no le viene el bañador que hacía juego con Rocío, tienes que hacer más.