Chile se está quemando. Seguro que lo habéis visto en las noticias internacionales, o por lo menos lo habéis medio visto. Cuando nosotros estamos helados de frío hasta el punto de que nieva en zonas costeras, la noticias de incendios al otro lado del charco pasan desapercibidas.
Yo me he enterado por facebook, que por unos días me está sirviendo más para ponerme al corriente de cosas importantes que para cotillear la vida de la gente.
Las últimas noticias dicen que 8 de sus 12 regiones están afectadas. Recientemente han habido más de 99 incendios (muchos de ellos intencionados) de los cuales 64 aún están por controlar. Y mientras sus gobernantes no toman las medidas necesarias y eficaces para combatir los incendios, Chile se quema de norte a sur. En fin, una catástrofe.
Pero en medio de esta catástrofe surgen héroes, los propios Chilenos que arriman el hombro para ayudarse unos a otros. No es la primera vez que lo hacen, pues cada vez que hay un sismo en una región, a las otras 11 les falta tiempo para organizar una recogida de alimentos, agua, o materiales de primera necesidad para la zona afectada.
Los bomberos voluntarios, un orgullo para Chile
Los bomberos voluntarios son los primeros héroes en estas situaciones; hombres y mujeres con distintas profesiones que dedican su tiempo libre a apagar incendios.
Para los Chilenos ser bombero es un honor, no un trabajo. Es algo vocacional, por lo que no están dispuestos a cobrar por ello.
Los bomberos voluntarios piensan que si cobraran se iría la pasión por ayudar a los demás, sería un trabajo más. Es algo «romántico» eso de ser bombero en Chile.
Pero ¿cómo compaginan su vida laboral con su vida altruista como bombero? Pues cada bombero se compromete a estar unas horas semanalmente en la central de bomberos. Cuando hay emergencias abandonan su puesto de trabajo para prestar su servicio como bombero.
Normalmente el jefe sabe al contratar a alguien que esa persona es bombero y están bajo un convenio especial. Además, hay una ley que les ampara y no les pueden despedir. Ya os he dicho ser bombero en Chile es un honor.
Pero no os penseis que al no ser remunerado cualquiera puede ser bombero voluntario. Las pruebas para llegar a serlo son tan duras como en cualquier otro país.
Yo soy de las que piensa que los voluntariados son esos pequeños detalles que hacen grandes a un país. Pero me costó mucho entender que existiera un voluntariado donde se pusiera en riesgo la vida del voluntario.
Otra heroína. La chilena que alquiló un Boeing.
Lucy Avilés es otra de las heroínas que han salido a relucir en esta catástrofe. Es una joven Chilena afincada en EEUU que veía impotente desde el otro lado del charco cómo su querido país se estaba quemando.
Así que ni corta ni perezosa alquiló un avión cisterna (no sólo se hacía cargo del los costes del avión, sino también de la tripulación, la pistas, el agua, …) para ayudar a extinguir los incendios. Pero no lo tuvo nada fácil por parte de gobierno chileno que insistía que el Boeing Supertanker no servía. Y mientras la burocracia chilena retrasaba el permiso del avión con tecnología punta para combatir los incendios, Chile seguía quemándose…
Finalmente el avión se está utilizando y está siendo un avance importante en la extinción de los incendios.
¿No me digáis que no es una heroína? Es verdad que no todo el mundo tiene varios millones de dólares para gastárselos así, pero no todos los que los tienen se los gastarían en ayudar a los demás.
Estos son sólo dos ejemplos entre otros tantos que están sucediendo estos día en Chile.
Aquí podéis ver el video de el joven vendedor que regala su helados, con los que tiene que ganarse la vida, a los bomberos que pasan por el peaje.
Son un país ejemplo, en el que se puede ver como el pueblo se une mientras su gobierno aún está pensando cómo gestionar la crisis.
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