Se acercaba el referéndum del Reino Unido para decidir si querían seguir perteneciendo a la Unión Europea. Veíamos tan absurdo que quisieran salir, que ni Pablo ni yo le dábamos importancia al Brexit (Britain + exit)
De repente llegó el jueves 23 de junio. Algunos colegios cerraron para votar, se continuó haciendo vida normal, y mi única pregunta era la siguiente, … ¿por qué los ingleses votan un jueves?.
Nada hacía presagiar lo que iba a pasar por la noche.
Me desperté con la gran noticia. El Reino Unido ya no quería estar en la Unión Europea.
Me desperté a las 6:30 de la mañana y vi a Pablo en vela mirando el ordenador.
– Ha ganado «salirse», me dice, Los británicos han decidido salir de la Unión Europea.
– ¿Quéééé?
– Ximena me ha despertado varias veces esta noche, y he aprovechado para ver los resultados de la votación. Y ha ganado abandonar la Unión Europea con un 51,9 % de los votos.
En ese mismo minuto nos entró el agobio. Esta gente no sabe lo que ha votado.
El 24 de junio me sentí inmigrante por primera vez.
Soy inmigrante desde que en el año 2013 nos fuimos a vivir a Chile.
Tengo que decir que allí, pese a estar a 11.000 km de mi casa no me sentí una inmigrante (menos aquella vez que un niño impertinente nos dijo a Rocío y a mí que por qué no nos íbamos a nuestro país). Los chilenos nos acogieron en sus casas como si fuéramos uno más de la familia, y nunca se lo podré agradecer lo suficiente. Pero aunque se habla el mismo idioma, al final es otra cultura y otro continente.
Cuando pisé por primera vez Inglaterra pensé: «Ya no necesito pasaporte, ni visado, puedo entrar y salir cuando me plazca. Ya estoy en casa, ya estoy en Europa«.
Nunca imaginé que no era un sentimiento mutuo.
Aquí ya no soy bienvenida.
El viernes 24 de junio, los inmigrantes residentes en el Reino Unido teníamos todos el mismo sentimiento: «ya no somos bienvenidos a este país». Es la lectura entre líneas que sacamos del Brexit.
Dejando a un lado los temas políticos y económicos (que dicho por los expertos, la economía británica ha perdido más dinero en un solo día que el aportado a la UE desde su creación), Brexit es la respuesta encubierta que tienen los británicos a la inmigración.
Un país con una capital tan abierta y multicultural, en la que se hablan más de 300 idiomas y solo el 45% de su población es británica. Pues ahora resulta que están hartos de los extranjeros … ¿cómo te quedas?
La Unión Europea se rompe y el Reino Unido pone fronteras.
El viernes 24 de junio fue un día raro. Dejamos a los niños en el cole (donde un 60% de los alumnos son extranjeros) y me fui al parque con Ximena mientras esperaba a una amiga.
Rodeada de inglesas, no me atrevía a articular palabra. < Prefiero que no sepan que no soy de aquí, pensé, total el 52% ha votado en contra de los inmigrantes, entonces seguro que alguna de ellas no está contenta con mi presencia>. Fíjate las paranoias y malos pensamientos que pueden causar este tipo de decisiones. Pues yo soy sólo una persona, ¿qué pensará el resto de Europa?
Casualmente ese viernes había un café solidario en la Iglesia contigua al cole y fui con mi amiga (española, por cierto) a ver si nos consolábamos. Allí encontramos a más madres del colegio (muchas de ellas británicas) que hablaban del tema del día bastante impactadas, hasta alguna que otra había llorando y no es para menos.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea solo puede traer cosas negativas para las dos partes. Por un lado el Reino Unido empieza a levantar fronteras y Europa empieza a dividirse. Por otro los inmigrantes se sienten incómodos en un país que aboga por la igualdad y la NO discriminación pero es pura fachada. Y el resto de países europeos generan una desconfianza y mal rollo hacia el Reino Unido. Y esto sólo acaba de empezar.
¿Qué pasa después del Brexit?
El ambiente se va calmando un poco. Aunque los ingleses parece que quieren rectificar y han pedido otro referéndum. Ahora parece que ya no están tan convencidos de abandonar la Unión Europea.
Desde mi punto de vista no queda otra que respetar su decisión y no crear más mal ambiente. Al fin y al cabo, aunque ganaron sólo por un 51,9% de los votos (muy justitos) participaron un 72% de la población. Más que en las últimas elecciones españolas para tener gobierno y teniendo en cuenta que estas fueron un jueves, ¡un jueves!
No sabes la pena que me da por vosotros. Espero que se os solucione y os podáis quedar. Un beso!
Yo creo que con el tiempo volverá todo a la normalidad 🙂
Siempre ser inmigrante es muy duro. Pero si es verdad q al otro lado del continente siempre se hace un poco más fácil, estamos acostumbrados a vivir con inmigrantes ( la mayoría europeos) Por lo cual no se nos hace raro compartir con ellos. Cosa diferente cuando eres inmigrante en Europa, cuesta más, se imaginan q venimos a quitarles todo, cosa q no es así sólo buscamos un cambio y salir adelante sin molestar ( hay sus excepciones) … lo que pasa es q no es lo mismo contarlo q vivirlo, ojalá no se haga pesado este cambio para Uds. Y puedan convivir todos de la mejor manera posible.
Gracias.
La verdad es que nunca antes me había sentido inmigrante.
Siempre he pensado que aportábamos una visión nueva a la cuidad. Somos educados y respetuosos.
Pensé que todos ganaban con un ambiente intercultural (los extranjeros y los nacionales). Pero siempre hay radicales en todos los sitios 🙁
Creo que todos nos acordamos de vosotros.
Ponte en contacto conmigo, he perdido todos mis contactos Amparo.
Ánimo,
Un abrazo
Mavi