Como más de uno ya sabéis, nuestra pequeña Ximena nació en Chile, y aunque vinieron nuestros padres a vernos los primeros meses, vimos que no era el momento todavía para bautizarla. En Chile estábamos rodeados de muy buenos amigos, pero pensábamos que su bautizo lo debíamos hacer en familia, en Valencia.
<< En ese momento ni siquiera sabíamos que tan sólo 6 meses después, nuestras vidas volverían a dar un giro de 180 grados, y nos iríamos a vivir a Inglaterra. Las vueltas que da la vida. >>
Ya que teníamos que viajar a España para la celebración de la 1ª Comunión de mis sobrinos, decidimos que justo al día siguiente fuera el bautizo de Ximena. Así somos en mi familia, si nos ponemos a celebrar no paramos, je je.
Organizar el bautizo desde la distancia no es fácil. Menos mal que siempre están la familia y los amigos para echarnos una mano en todo lo que pueden.
Porque en eso yo soy un desastre. Aterrizo con todo a medio hacer y sin la ropa que van a llevar los niños, entre ellas la niña protagonista. Y esto una semana antes de los eventos (porque ya os he contado que teníamos 2, la comunión del día de antes y el bautizo) y ¡ala! ponte a comprar ropa para todos en una tarde. Misión imposible sin ayuda.
Al final salvamos la situación. Ximena llevaba un vestido de plumeti blanco con topitos rosas de Gocco; Rocío un vestido rosa también de plumeti de la marca Base 10 y una cinta de flores en el pelo; y Nico un polo y pantalón de Massimo Dutti niños y un sombrero para el sol de Primark. Todo de rebajas, que con una familia numerosa, el presupuesto es ajustado.
Yo llevaba unos impresionantes pendientes en blanco y turquesa y un broche de estrellas doradas para el pelo, monísimo, de Panu accesorios.
Los detalles del bautizo los tuvimos muy claros desde el principio:
¿El sacerdote? Nuestro amigo Jose, compañero de la Universidad de Pablo, que después de ejercer de profesional como ingeniero de caminos, se dio cuenta de que su verdadera vocación era ser sacerdote. Nadie mejor para bautizar a Ximena que nuestro propio amigo.
¿Dónde celebramos en bautizo? En la Iglesia Castrense de Santo Domingo. Una de las Iglesias más bonitas de Valencia.
¿Dónde comimos con la familia? Esto sí fue un descubrimiento. Encontramos, gracias a mi hermana, un sitio único para organizar eventos. Justo lo que estábamos buscando, un lugar en medio de la huerta Valenciana donde poder disfrutar de una auténtica paella con nuestra gente.
Un bautizo en la huerta de Valencia
Descubre l´horta es el negocio familiar de Carmen, una agrónoma que decidió en plena crisis sacarle partido a la huerta que tenían frente a su casa y enseñar a la gente la tradición y gastronomía valenciana. Así es como emprendieron este negocio en el que entre otras cosas hacen talleres de paella (puedes verlo en su web), un fantástico plan para hacer con amigos o para empresas.
Evidentemente nosotros no nos pusimos a hacer la paella al terminar el bautizo. Nosotros fuimos a mesa puesta, pero menuda mesa. La paella estaba espectacular, imagino que el hecho que los ingredientes fueran cosechados en su propia huerta daba un punto extra a la paella.
Comimos al aire libre; es lo que tiene Valencia, que te sale buen tiempo siempre. Y los niños disfrutaron a sus anchas corriendo y explorando por el terreno de Descubre l´horta sin ningún peligro. Esto es una cosa que nos preocupa a todas cuando organizamos un celebración: elegir un lugar donde los niños están cómodos y puedan jugar sin problemas.
Al final de la comida compramos (lo poco que nos dejaron nuestros invitados que se habían adelantado a nuestras compras ) verduras de temporada que nosotros mismos, con la ayuda de Carmen, recolectamos de su huerta. Impresionante el sabor de los productos de su huerta orgánica.
Ximena y sus padrinos
La verdad que al principio no me hacía mucha gracia bautizar a Ximena tan mayor, pero valió la pena haber esperado a estar todos en familia, que por otro lado, con tanto cambio de país, es difícil verles a todos juntos.
todo fue estupendo!!!
Estabais todos guapisimos.
Y el sitio todo un descubrimiento
Gracias por decirnos un sitio diferente. Lo mirare para ir a comer