Llevamos sólo tres meses con ella y esta pequeña princesa que nos ha posicionado como familia numerosa nos ha robado el corazón.
Pensaréis que soy una mala madre, pero yo nunca he tenido ese instinto maternal tan desarrollado como otras mamis que ya desde el embarazo tienen una conexión especial con sus bebés, les pones música, les hablan, les acarician (yo ya tenía suficiente con acordarme de ella entre tanta náusea). También están las que en el momento del parto les quieren transmitir buena onda al bebé y al final se poner a llorar emocionadas cuando les ven por primera vez. Pues yo no soy de esas.
Cuando nació Nico recuerdo que me llevé al hospital una foto de Rocío, y cuando ya tenía a Nico conmigo le di un besote y le dije al oído «mucho te lo vas a tener que trabajar porque es imposible que te quiera como quiero ahora a Rocío, que ya estamos juntas dos años» . Y ahora este bandido me tiene loca.
La cuestión es que esta gorda de ojos azules se ha hecho un hueco en casa por méritos propios. Y en su tercer cumplemés queríamos hacerle una pequeña celebración familiar.
Para que tuviera un toque más festivo decoré de animalitos unas magdalenas que había hecho el día antes con fondant.
Fue una manera de celebrar con los niños que Ximena estaba con nosotros hace tres meses. Porque hay que empezar a festejar los momentos importantes todos juntos.
